Compañeras y compañeros, buenas noches mi agradecimiento a
cada una de las personas que se reúnen hoy. Es para mi gratificante poder compartir estos
momentos de alegría en una fiesta espiritual y del alma , donde coloco la primera piedra
en el camino de mi recuperación personal.
Fueron
como para muchos de los compañeros. años de vivir una tormenta y un infierno del cual
creí jamás saldría, sin embargo un día de agosto hace algunas veinticuatro horas tome
la decisión más importante en mi vida, acepte que tenía un problema y más que eso una
enfermedad llamada Alcoholismo.
Y
definitivamente mi aceptación de que sufro una enfermedad, pero que puedo trabajar en mi
recuperación ha traído muchos beneficios de toda índole, ahora entiendo que el asumir
la responsabilidad de trabajar en mis problemas era algo que descuide siempre.
Un
accidente en enero de 1992, en el cual me fracturé toda la pierna izquierda y que me tuvo
varios meses incapacitado fue el primer aviso de EL PODER SUPERIOR de que debía cambiar
el rumbo de mi vida. Pero gran paradoja a los pocos meses de este incidente volví a
recaer y siguió nuevamente ese infierno que parecía no tener fin, incluso cuando aún
estaba convaleciente me visitaron algunos compañeros de A.A., que por intermedio de mi
familia fueron a tratar de ayudarme. Pero en ese momento infortunadamente no quise aceptar
el mensaje.
Luego
pasaron varios meses en los cuales mi familia vio como llegaba a los fondos más
degradantes para cualquier ser humano e incluso fueron muchas las oportunidades laborales
que desperdicie por estar en mi carrera alcohólica descontrolada.
Pienso
que Dios por fin me iluminó el camino cuando un 25 de agosto toque las puertas del grupo
Santo Tomas y pedí ayuda, fue sinceramente un descanso el admitir que estaba enfermo y
que no podía seguir así.
No tuve
muchos problemas al declararme y desde ese momento empece a conocer muchas personas y
compañeros que a lo largo de todos estos meses me han permitido conseguir el tesoro más
valioso que tengo hoy: mi sobriedad y la paz que solamente se empieza a encontrar cuando
trabajamos en nosotros mismos y en recuperar el cariño de las personas que me quieren.
Leí en
alguna ocasión que nunca debemos caer en dos de las sensaciones más inútiles que tiene
el ser humano: la culpabilidad por lo que no se hizo y la preocupación por lo que se
tendrá que hacer. Ahora entiendo gracias al programa que debemos vivir día a día lo que
nuestro poder superior nos trae y manejando siempre el arte de vivir el presente.
Así,
para mi se puede conseguir una existencia plena sin que esto quiera decir tampoco que nos
desentendamos de nuestras responsabilidades con las personas que nos rodean y nos quieren.
Retomo
un párrafo del libro azul de A.A., capitulo 6, en acción donde se dice que: "El
alcohólico es como un huracán rugiente que pasa por las vidas de otros. Se destrozan
corazones, mueren las dulces relaciones."
Pienso
que como a muchos de los presentes esto nos sucedió a todos de diferentes formas, pero lo
importante ahora es que asumo la responsabilidad de todas mis malas acciones y trabajo con
la seriedad que merece mi programa de rehabilitación y poco a poco voy intentado
reconstruir todas esas cosas lindas que con mi pasado ruinoso destruí y aunque muchas
heridas abiertas tarden mucho tiempo en sanar se que en algún momento podré volver a
reconciliarme conmigo mismo y con las personas que me aman.
Un dicho
africano dice: "La desgracia permite descubrir al que te ama.", Y eso hoy lo veo
más claramente cuando miro hacia atrás y analizo que a pesar de todos los problemas y
dolores de cabeza que cause a mi familia, jamás me abandonaron.
Por eso
doy gracias a Dios por tenerlos al igual que ahora a mi nueva familia espiritual mis
compañeros del grupo El Puente , quienes a lo largo de muchas 24 horas me han dado la
fortaleza para obtener la tranquilidad en los momentos de desasosiego y debilidad, a todos
ustedes reitero mi agradecimiento.
Aunque
mi grupo de nacimiento fue el Santo Tomas, muchas manos amigas se extendieron desde el
primer día que llegue al Puente, no fue fácil pues nunca he sido una persona
particularmente afectuosa con nadie.
Sin
embargo todo el amor que me dieron me ha servido para proseguir en esta lucha diaria por
ser mejor y buscar el conocer mejor el programa e incluso iniciarme en el proceso de estos
Doce Pasos, salvadores de vida.
Esa
será una de las tareas que emprenderé en los próximos días el tener un contacto más
estrecho con nuestra literatura y poco a poco ir llevando este mensaje a otras personas
que todavía sufren por esta enfermedad.
Mi
padre, quién falleció precisamente cuando me recuperaba de mi accidente lo extraño hoy
más que nunca, pero sé que él desde donde se encuentra me dio la luz para llegar a
reconocer mis errores y entender que la vida se debe vivir sin muletas con la firme
convicción de que si trabajamos por lo que deseamos lo conseguiremos.
A mi
madre, muchas gracias, sé por todo el infierno que le hice pasar al igual que a mis
hermanos a quienes hoy les pido perdón por todo el dolor que en algún momento les cause.
Tampoco
esta hoy Adriana, una gran mujer quién desde Quito ha estado permanentemente atenta a
este proceso de recuperación, ella con su apoyo diario me ha dado una permanente
motivación para proseguir en esta lucha.
Para
terminar retomo un pedazo de una popular canción de Rubén Blades, titulada Amor y
control que dice:
"Solo quien tiene hijos entiende que el deber de un padre no acaba
jamás.
Que el amor de un padre y una madre no se cansa de entregar.
Que deseamos para ustedes lo que nunca hemos tenido.
Que a pesar de los problemas familia es familia y cariño es cariño."
FELICES VEINTICUATRO HORAS PARA TODOS.
JOAQUÍN A., MIEMBRO DEL GRUPO "EL PUENTE" DE A.A. |