Actualmente más de dos millones de hombres y mujeres han
dejado de beber en Alcohólicos Anónimos. En esta cifra está incluida una amplia
variedad de gente, desde adolescentes hasta octogenarios. De esta variedad, se ve
claramente que A.A. ha podido ayudar a mujeres, hombres, personas de avanzada edad,
jóvenes, ricos, pobres, tanto a los que tienen mucha educación como los que no tienen
ninguna.
Este
como todos los libros y folletos de A.A., no está basado en la teoría sino en la
experiencia de personas cercanas a los alcohólicos, que saben lo que es vivir con ellos.
Si estas personas pudieran hablar con usted, tal vez le dirían: "Conocemos las
dificultades con que se tropieza. Sabemos lo desconcertante que es vivir con un bebedor
problema, ver las relaciones íntimas desgarradas por la ira y los conflictos
irracionales, ver trastornarse la vida familiar, ver cómo el dinero se gasta, no en
necesidades sino en licores o en hospitalizaciones relacionadas con el alcoholismo, ver
crecer a los hijos en circunstancias anormales, imprevisibles. Pero todos nosotros sabemos
que, si la persona a quien usted quiere reconoce su problema y verdaderamente desea dejar
de beber, hay una solución que ha surtido efecto para todos nuestros seres queridos y
también puede surtir efecto para los suyos".
A pesar
de los problemas que el alcohol ha causado, puede que usted no quiera admitir que un ser
amado es un alcohólico. Tal vez un bebedor problema, esto sí; pero no un alcohólico.
Puede
que la palabra tenga para usted demasiadas connotaciones desconcertantes. Aunque el
alcohólico admita serlo, usted puede, no obstante, tratar de negarlo. Muchas personas han
tenido estos mismos sentimientos hacia un ser amado, hasta que reconocieron que el
alcoholismo es una enfermedad hecho confirmado ahora por la medicina.
anteriormente, las personas cercanas al alcohólico podían pensar que, de alguna manera,
ellos mismos tenían la culpa. No sabemos cómo ni por qué comienza el alcoholismo; pero
las relaciones adultas de años posteriores aparentemente influyen poco en su gravedad o
en su progresión. El alcoholismo, como la mayoría de las enfermedades no contagiosa, es
propiedad única del desafortunado que la padece. Nadie ni lego ni científico-
tiene un conocimiento exacto de su causa. |