El alcohólico es un individuo que padece
de una enfermedad para la cual no se conoce curación alguna, es decir, ninguna curación
que les haga posible beber con moderación por un largo período de tiempo, como puede una
persona no alcohólica. Debido a que es una enfermedad una compulsión física más
una obsesión mental por la bebida- el alcohólico tiene que aprender a mantenerse
completamente alejado del alcohol para poder llevar una vida normal.
Fundamentalmente, el alcoholismo es un problema de salud una
enfermedad física y emocional- más que una cuestión de insuficiente fuerza de voluntad,
o debilidad moral. De la misma forma que sería insensato culpar a la víctima de diabetes
de caer enfermo por una falta de fuerza de voluntad, también lo sería echar la culpa al
alcohólico por su enfermedad, o considerar su forma de beber como un vicio.
El alcoholismo sigue diversos caminos. Algunos miembros de A.A. bebieron
descontroladamente desde su primera copa. Otros fueron lentamente progresando hacia el
bebedor desenfrenado. Algunos beben todos los días. Otros pueden abstenerse durante
largos períodos, para después lanzarse precipitadamente a una juerga desenfrenada. Estos
últimos se conocen como bebedores "periódicos".
Algo que todos los alcohólicos parecen tener en común es que, con el
tiempo, su manera de beber empeora. No existe ninguna evidencia segura de que una persona
que bebía alcohólicamente haya podido volver al moderado beber social por mucho tiempo.
No se puede ser "un poco alcohólico". Ya que la enfermedad progresa por etapas,
algunos alcohólicos manifiestan síntomas extremos más que otros. No obstante, una vez
que cruzan la frontera del alcoholismo, los bebedores problema no pueden volver atrás. |